El apogeo del juego virtual es una realidad global. No solo en España, donde el sector se ha consolidado y sigue creciendo a pesar de algunas lagunas, sino que su relevancia ha traspasado fronteras en otros países y en lugares como el Reino Unido, una de sus mecas, es donde tiene su cuota de mercado más impresionante. Uno de los ejemplos es la plataforma Casino777.

Pero vamos por partes. En España hace falta viajar hasta el 2012 para encontrar el punto de inflexión del mercado del juego online. En este año, concretamente, se aprobó la Ley de Ordenación del Juego Online, un hito que originó un antes y un después en el marco regulatorio de este segmento. De hecho, con el surgimiento de la nueva ley se estableció un efecto dominó: las plataformas obtuvieron una licencia que las expuso a estrictas garantías en temas de seguridad o la prohibición de tener como clientes a menores de edad; todo esto generó una confianza mayor a los usuarios o potenciales jugadores, lo que incentivó en gran medida el número de apostantes en la Red. Y lo continúa incentivado, de hecho.

Los expertos auguran un futuro brillante al sector a pesar de sus restricciones impositivas. Algunos creen que en los próximos tiempos registrará unos crecimientos anuales de entre el 25% y el 30%, unos porcentajes enormes que se justifican a través de distintas razones: la cifra y el nivel socioeconómico de los españoles; la irrupción de Internet en el país o la tradicional afición de la gente del país en los deportes, y por lo tanto en sus apuestas, y en jugar a los casinos de toda la vida, ahora personificados en las pantallas a través de plataformas como Casino777, por ejemplo.

La evolución de las apuestas y juegos virtuales en el país es evidente, en efecto, pero todavía hay flecos para resolver. Por ejemplo, la patronal del sector continúa presionando para que el Gobierno rebaje los tipos impositivos, puesto que existen grandes compañías del juego online que, aunque operen y tengan licencia en España, siguen teniendo el grueso de sus trabajadores en países como el Reino Unido, Irlanda o Malta, donde tienen las sedes sociales y, también, fiscales.

El Reino Unido, la meca del sector

En este sentido, el país británico sigue siendo el gran mercado europeo para el juego online. En este caso, la regulación del sector cambió sobremanera en el 2014, cuando entró en vigor una directiva sobre el juego y la publicidad online que estableció, y lo sigue haciendo, la fiscalidad del juego justo en el punto donde se consume.

Donde también es un sector con una importancia mayúscula es en la isla de Malta. En este caso, las cifras hablan por si mismas: el sector del juego online, y sus variantes, combinado con los servicios financieros, equivale a un 40% del Producto Interior Bruto del pequeño país.

La otra cara de la moneda es Alemania, país que tiene una de las regulaciones más exigentes de toda Europa. En este caso, solo están permitidos en el territorio las apuestas deportivas y los juegos de lotería, mientras que la organización de juegos online como el casino, el póquer o el bingo están prohibidos.